Veintitrés años, etíope, casado y superviviente. Abu Kurke Kebato fue una de las nueve personas que tras pasar 15 días a la deriva en el mar llegó vivo de regreso a costas libias. Otros 63 de sus compañeros de viaje murieron en el intento de salir de Libia, en medio de una guerra en la que los inmigrantes se habían convertido en chivos expiatorios.
Era el 26 de marzo de 2011 cuando subió a la barca hinchable de no más de siete metros de largo en la que los viajeros, subsaharianos, se amontonaban unos sobre otros. Tras un periplo agónico en el que varias embarcaciones se les aproximaron y ninguna les socorrió, tal y como ha denunciado el Consejo de Europa, al tocar tierra firme en Libia los que quedaban vivos fueron detenidos.
Tras pasar unas horas en prisión -y ser despojados de las pocas posesiones que llevaban consigo como los anillos de matrimonio- el grupo quedó en libertad. Algunos recibieron ayuda de la iglesia católica en Trípoli y otros, como el propio etíope, intentaron de nuevo llegar a Lampedusa (Italia) aventurándose al mar. Esta vez, con éxito
Abu Kurke Kebato pidió asilo en Italia. Luego logró llegar a Holanda junto a su mujer, donde hizo una segunda petición para poder residir en el país.
Sin embargo, en la espera, ha sido detenido, según ha publicado 'The Guardian', que añade que será deportado en breve.
Dain Haile Gebre (eritreo) ha recibido asilo en Italia.
Los etíopes Mahmud Ahmed Ibrahim, Kabbadi Asfao Dadi y Elias Mohamed Kadi se encuentran en un campo de refugiados de Túnez pero han recibido asilo y se irán a Australia
Mariam Moussa Jamal (etíope y única mujer superviviente) será trasladada a Noruega. En dicho país se encuentra el etíope Filmon Weldmichail Teklegergis, cuya primera petición de asilo ha sido denegada y está pendiente de la segunda.
El Consejo de Europa afirma que había una fragata española, la 'Méndez Núñez', a menos de dos horas de navegación de la lancha a la deriva pero, como el resto, a pesar de recibir la alerta no acudió en su auxilio. Por su parte, el Ministerio de Defensa ha desmetido dicho extremo.
Asimismo, en el informe se alerta de la situación de los supervivientes, solicitantes de asilo en países europeos.
Este mismo jueves, la policía holandesa decidició ejecutar la orden de expulsión y sacó a Abu Kurke Kebato y su mujer de un centro de acogida en el que se encontraban en la ciudad de Baexem.
En virtud de la Convención de Dublín, los países europeos en algunos casos pueden deportar a los inmigrantes irregulares en los puertos de desembarque, que en este caso se trata de Italia. El abogado de Abu Kurke, Marq Wijngaarden, ha adelantado que presentará un recurso ante el Tribunal Supremo holandé, aunque reconoció que "la deportación podría tener lugar en cualquier momento".
Este año, la propia comisaria de Interior, Cecilia Malmström, aseguraba en un artículo publicado en ELMUNDO.es que "Europa suspende en solidaridad".
Según sus datos, en el primer semestre de 2011, seis Estados miembros concentraron más del 75% de la totalidad de solicitudes de asilo presentadas. Grecia, en una difícil situación económica, era uno de ellos. "Esto deja una larga lista de países europeos que pueden y deben hacer más", y recordaba que más de 700.000 personas se vieron obligadas a huir de la violencia en Libia y muchas de ellas acabaron en campos de refugiados de los países vecinos.
De las 8.000 personas a las que Naciones Unidas identificó como en especial situación de necesidad, el conjunto de los Estados miembros de la UE sólo alcanzó a comprometerse a acoger a 400. Noruega, un país no perteneciente a la UE, acogió a casi el mismo número por sí solo.
En declaraciones al diario británico, el joven Abu Kurke Kebato, que abandonó Oromia, en su Etiopía natal, por la violencia y pasó 20 días en el desierto hasta llegar a la costa norteafricana reconocía seguir traumatizado por los acontecimientos de la primavera pasada.
Era el 26 de marzo de 2011 cuando subió a la barca hinchable de no más de siete metros de largo en la que los viajeros, subsaharianos, se amontonaban unos sobre otros. Tras un periplo agónico en el que varias embarcaciones se les aproximaron y ninguna les socorrió, tal y como ha denunciado el Consejo de Europa, al tocar tierra firme en Libia los que quedaban vivos fueron detenidos.
Tras pasar unas horas en prisión -y ser despojados de las pocas posesiones que llevaban consigo como los anillos de matrimonio- el grupo quedó en libertad. Algunos recibieron ayuda de la iglesia católica en Trípoli y otros, como el propio etíope, intentaron de nuevo llegar a Lampedusa (Italia) aventurándose al mar. Esta vez, con éxito
Abu Kurke Kebato pidió asilo en Italia. Luego logró llegar a Holanda junto a su mujer, donde hizo una segunda petición para poder residir en el país.
Sin embargo, en la espera, ha sido detenido, según ha publicado 'The Guardian', que añade que será deportado en breve.
De los otros ocho, cuatro están pendientes de asilo
La situación del resto de los supervivientes no es mucho mejor. Bilal Yacoub (etíope, 30 años) y Ghirma Halefom (eritreo) se encuentran en Italia y esperan una respuesta a su petición de asilo.Dain Haile Gebre (eritreo) ha recibido asilo en Italia.
Los etíopes Mahmud Ahmed Ibrahim, Kabbadi Asfao Dadi y Elias Mohamed Kadi se encuentran en un campo de refugiados de Túnez pero han recibido asilo y se irán a Australia
Mariam Moussa Jamal (etíope y única mujer superviviente) será trasladada a Noruega. En dicho país se encuentra el etíope Filmon Weldmichail Teklegergis, cuya primera petición de asilo ha sido denegada y está pendiente de la segunda.
Acusación del Consejo de Europa
La información llega horas después de que en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa se presentara un informe en el que la ponente, la senadora socialista holandesa Tineke Strik, denunciaba una cadena de "errores a distintos niveles" por los que "se perdieron muchas oportunidades de salvar las vidas de las personas a bordo del barco". En concreto, el texto señala a varios responsables como Libia, la OTAN, Frontex así como Italia y España.El Consejo de Europa afirma que había una fragata española, la 'Méndez Núñez', a menos de dos horas de navegación de la lancha a la deriva pero, como el resto, a pesar de recibir la alerta no acudió en su auxilio. Por su parte, el Ministerio de Defensa ha desmetido dicho extremo.
Asimismo, en el informe se alerta de la situación de los supervivientes, solicitantes de asilo en países europeos.
Este mismo jueves, la policía holandesa decidició ejecutar la orden de expulsión y sacó a Abu Kurke Kebato y su mujer de un centro de acogida en el que se encontraban en la ciudad de Baexem.
En virtud de la Convención de Dublín, los países europeos en algunos casos pueden deportar a los inmigrantes irregulares en los puertos de desembarque, que en este caso se trata de Italia. El abogado de Abu Kurke, Marq Wijngaarden, ha adelantado que presentará un recurso ante el Tribunal Supremo holandé, aunque reconoció que "la deportación podría tener lugar en cualquier momento".
Asilo, asignatura pendiente
La política europea de asilo es una de las grandes asignaturas pendientes de la UE. Ya en 2010, antes del estallido de la Primavera Árabe que ha propiciado un aumento de las salidas de inmigrantes y las solicitudes, la Agencia de los Derechos Fundamentales (FRA) de la Unión Europea reclamó a los socios comunitarios mejoras en la tramitación de las peticiones, sobre todo en lo relacionado a la información que se facilita a los solicitantes.Este año, la propia comisaria de Interior, Cecilia Malmström, aseguraba en un artículo publicado en ELMUNDO.es que "Europa suspende en solidaridad".
Según sus datos, en el primer semestre de 2011, seis Estados miembros concentraron más del 75% de la totalidad de solicitudes de asilo presentadas. Grecia, en una difícil situación económica, era uno de ellos. "Esto deja una larga lista de países europeos que pueden y deben hacer más", y recordaba que más de 700.000 personas se vieron obligadas a huir de la violencia en Libia y muchas de ellas acabaron en campos de refugiados de los países vecinos.
De las 8.000 personas a las que Naciones Unidas identificó como en especial situación de necesidad, el conjunto de los Estados miembros de la UE sólo alcanzó a comprometerse a acoger a 400. Noruega, un país no perteneciente a la UE, acogió a casi el mismo número por sí solo.
En declaraciones al diario británico, el joven Abu Kurke Kebato, que abandonó Oromia, en su Etiopía natal, por la violencia y pasó 20 días en el desierto hasta llegar a la costa norteafricana reconocía seguir traumatizado por los acontecimientos de la primavera pasada.