http://www.gacetamercantil.com.ar/notas/18919/inmigraci%C3%B3n-frontera-del-euro.html
Las crisis económicas abren siempre en los países nuevos debates
sobre los inmigrantes y posturas encontradas acerca de aumentar los
controles o abrirse a ellos como modo de ayudar a la recuperación.
Los ataques violentos y xenófobos aumentaron considerablemente en
varios países europeos jaqueados por la crisis económica e incluso en
España los médicos no podrán atender a los indocumentados a partir del 1
de septiembre, salvo en los casos donde corra peligro la vida de las
personas. La resolución levantó una gran polémica en el país, donde
centenares de médicos ya adelantaron que seguirán atendiendo a los
indocumentados por una cuestión de ética y profesionalismo.
Además, la Unión Europea pretende controlar desde 2013 la inmigración
en el Mediterráneo con drones (aviones no tripulados), aunque el
interrogante es si la intención es salvar las vidas de las miles de
personas que cada semana intenta cruzar de las costas del norte de
África hacia Europa o simplemente reducir la cantidad de africanos que
buscan en el Viejo Continente una vida alejada de la miseria y la
violencia.
Y a pesar de que las encuestas revelan que más de la mitad de la
población de la mayoría de los países europeos considera negativa la
inmigración, una comisaria de la Unión Europea (UE) consideró que no se
trata de una “amenaza” sino de “una oportunidad y un factor de
crecimiento” para las economías en crisis.
Control en el Mediterráneo. La Comisión Europea
presentó a fines de julio a los eurodiputados el plan “Eurosur”, que
pretende vigilar el mar Mediterráneo con aviones no tripulados para
controlar la inmigración, lo cual requeriría una inversión de 330
millones de euros para la compra de drones.
El proyecto establece que el objetivo es reducir la tasa de
mortalidad entre quienes se desplazan desde el norte de África hacia
Europa y paralelamente reducir el número de inmigrantes que llegan al
denominado espacio de Schengen (que abarca a los Estados miembros de la
UE) sin que hayan sido detectados.
Pero como era de prever, el proyecto generó voces a favor y en contra
de la iniciativa. Quienes la apoyan intentan convencer a los miembros
del Parlamento Europeo de que se apresuren a tratarla y aprobarla para
que comience a regir el próximo año.
Pero los detractores temen las consecuencias que pueden llegar a
tener el proyecto y sostienen que no son los aviones no tripulados los
que pueden ayudar a salvar vidas sino políticas de Estado.
“Si un drone detecta un barco no puede hacer nada por ellos”,
advirtió la eurodiputada alemana Franziska Keller en una entrevista al
“Global Post” y consideró que ese dinero debería destinarse a los
equipos de búsqueda y rescate de quienes intentan alcanzar las costas
europeas a bordo de precarias embarcaciones.
Varios expertos advirtieron también que la iniciativa puede generar
abusos como la militarización del espacio aéreo y la intromisión en
los asuntos de los países de origen de los emigrantes.
Otro crítico de la iniciativa, el secretario general del Partido
Humanista de España, Arturo Viloria, opinó que se pretende “crear una
fortaleza frente a las situaciones de pobreza y de violencia económica
que se vive en muchos países”.
Uno de los países que recibe la mayor cantidad de ilegales
provenientes del norte de África es Grecia, donde creció en forma
alarmante el número de ataques violentos y xenófobos.
De acuerdo con un informe de “Human Rights Watch” dado a conocer días
atrás en Atenas, la violencia xenofóbica creció en especial en Atenas y
otras grandes ciudades como Patras desde 2009 en adelante, cuando
explotó la crisis económica.
Esto provoca que la “gente proveniente de zonas de guerra tengan
miedo de ser atacados si salen por la noche en Atenas”, según la
investigadora del organismo de derechos humanos Judith Sunderland. “Ni
la crisis económica ni la migración pueden exculpar los fallos de Grecia
para controlar la violencia que destruye su tejido social”, advirtió.
De acuerdo con el estudio, las principales razones de los ataques
xenófobos son la profunda crisis económica por la que atraviesa Grecia,
unida con años de fracasos en políticas de migración y asilo político,
que no ha podido hace frente a los 130.000 inmigrantes ilegales que cada
año llegan a las costas griegas procedentes de Turquía.
Como suele suceder en muchos países que atraviesan crisis económicas,
gran parte de la población rechaza la permanencia de inmigrantes por
considerar que generan una mayor presión sobre recursos ya de por sí
escasos, como el trabajo, y en muchos casos los responsabilizan por
robos y otros delitos.
Y esta postura se profundizó con la posición del partido neonazi
“Amanecer Dorado”, que en los últimos meses impulsa el ataque nocturno
contra los ilegales, especialmente pakistaníes, al grito de “fuera los
extranjeros, Grecia para los griegos”. Este partido se arraigó a
mediados de año en el electorado heleno, donde fue votado por unas
430.000 personas, 7 por ciento del total de los habilitados.
Sin embargo, “Human Rights Watch” destacó un cambio en la postura de
la policía, con el arresto en los últimos meses de personas vinculadas
con ataques xenófobos (incluyendo a miembros de “Amanecer Dorado”). Es
que la mayoría de las veces, la policía desalentaba a las víctimas a
realizar las denuncias debido a que eran ilegales y terminaba
deteniéndolos a ellos.
El valor de los inmigrantes. La comisaria de
Interior de la UE, la sueca Cecilia Malmström, admitió que la
inmigración puede causar dificultades, pero advirtió que muchas veces se
le tiene un miedo irracional y que puede ser tomada positivamente para
impulsar el crecimiento de las economías sacudidas por la crisis.
La inmigración “no es una amenaza sino una oportunidad y un factor de
crecimiento”, estimó la sueca. “Aunque el desempleo es alto, los
empresarios me cuentan que les resulta difícil encontrar personal
cualificado. En Alemania faltan ingenieros; de ahora a 2020, el sector
europeo de la sanidad tendrá un déficit de dos millones de trabajadores.
Pero un informe de la OCDEacaba de mostrar que a muchas personas que
podrían emigrar les atrae menos Europa que Brasil, Canadá o Australia, o
aun Angola o Mozambique. Con el tiempo, esto puede causarnos graves
dificultades”, advirtió.
Y agregó: “La inmigración será necesaria, principalmente por la
evolución demográfica en la mayoría de nuestros países. Se estima que,
sin nueva inmigración, en 2030 la población europea en edad de trabajar
habrá disminuido un 12 por ciento”.
La funcionaria comunitaria recordó que cuando comenzó la guerra civil
en Libia se temió que miles de libios huyeran masivamente hacia las
costas europeas pero luego se comprobó que en realidad sólo el 4 por
ciento de los que salieron del país se dirigieron al Viejo Continente.
“Parece que las imágenes de botes cargados de inmigrantes clandestinos
llegados a Lampedusa tienen más peso que los datos objetivos”, afirmó
Malmström en declaraciones al diario “Le Monde”.
Sin embargo, Malmström reconoció que “en la mayoría de las grandes
ciudades, la integración es un fracaso, y la formación de guetos es una
realidad de la que los políticos son responsables porque no han actuado
con suficiente energía”.
Más controles. Países como Alemania, Gran Bretaña,
Francia y España endurecieron en los últimos tiempos las políticas
contra los inmigrantes o planean poner más condiciones para el ingreso
de extranjeros.
En España, a partir del 1 de septiembre los inmigrantes sin permiso
de residencia quedarán afuera de la atención sanitaria pública gratuita,
salvo cuando se trate de urgencias o en el caso de embarazadas y a los
menores de 18 años.
El planteo generó una enorme polémica en el país, donde unos 900
médicos firmaron esta semana un manifiesto en el que se comprometen a
“seguir atendiendo” a sus pacientes. "Mi lealtad hacia los pacientes no
me permite faltar a mi deber ético y profesional y cometer un abandono",
afirmaron los médicos, en rechazo a la controvertida medida del
gobierno de Mariano Rajoy, en el marco de las políticas de ajuste
implementadas para intentar reducir el déficit público de 8,9 por ciento
del PBI en 2011 a menos del 3 por ciento en 2014.
Tras la polémica, el gobierno conservador español propuso que las
personas menores de 65 años indocumentadas firmen una especie de póliza,
similar a la que se suscribe con las obras sociales privadas, para
tener cobertura médica. Para ello deberían pagar 710,40 euros al año
(59,20 euros mensuales) mientras que los mayores de 65 años tendrán que
pagar más del doble para recibir asistencia médica, unos 1.864,80 euros
anuales.
Menos inmigrantes africanos. La llegada de
inmigrantes ilegales a España provenientes del Magreb bajó un 3 por
ciento en el primer semestre en comparación con el mismo período del año
pasado, debido a la estabilización de los conflictos en Libia y Egipto,
según un informe de la Agencia de Control de Fronteras Exteriores
(Frontex) de la Unión Europea difundido la semana pasada.
“El descenso está en la línea con la tendencia dela UE, donde también
ha habido una disminución importante", afirmó el director adjunto de
Frontex, Gil Arias, quien explicó que el flujo de llegadas en los
estados miembros dela Uniónse redujo en el mismo periodo más del 50 por
ciento y pasó de las 74.200 personas en2011 alas 36.741 de 2012.
Hasta junio pasado, la entrada de inmigrantes de forma irregular por
las costas aespañolas bajó un 8,5 por ciento, con 1.508 llegadas frente a
las 1.649 del primer semestre de 2011.
"Al haberse estabilizado de alguna manera la situación tanto en
Egipto como en Libia, los efectos de estos conflictos ya no tienen
impacto en las llegadas a España", explicó Gil Arias a la agencia EFE.
Personas no gratas. Según un estudio reciente de “Public Attitudes to
Immigration”, en todas las regiones del mundo sobresale la opinión de
que la inmigración ha crecido desproporcionadamente (entre el 75 y el 85
por ciento de los entrevistados). Y en la mitad de los países se
considera que su influencia interna es negativa.
Más de la mitad de los entrevistados (del 51 al 59 por ciento de
varias regiones) considera que hay “demasiados” inmigrantes en sus
países, y sobre todo en Europa, Medio Oriente y África creen que la
presencia de inmigrantes es cultural y económicamente negativa y que les
dificulta encontrar empleo. En estos casos privilegian la idea de una
migración selectiva, de personas con mayor educación y altamente
calificados para trabajos y profesiones donde escasea la mano de obra
calificada.
La presencia de inmigrantes, incluso de los legales, en los países
que atraviesan crisis económicas saca a la luz muchas veces políticas
xenófobas de la población e incluso de los propios gobiernos.
Sin embargo, algunas voces logran alzarse en el seno de la Comisión
Europea en favor de los migrantes. La propia comisaria de Interior no
plantea “abrir las puertas de par en par” pero sí “buscar la manera de
facilitar una nueva inmigración legal, que a la vez es también una
manera de luchar contra la inmigración ilegal”.